Queridos todos:
Pasados casi once años desde que se constituyó nuestra comunidad parroquial, llega la hora de mi relevo como Párroco. Os anuncio, pues, que el Sr. Cardenal –de acuerdo con el Vicario de la Prelatura del Opus Dei, a la que está confiada la atención pastoral de la Parroquia– ha nombrado para sustituirme al Rvdo. D. Javier Láinez López, hasta ahora Rector de la Basílica Pontificia de San Miguel. Su toma de posesión tendrá lugar en septiembre, en la fecha que se comunicará oportunamente. Hasta ese momento yo seguiré como Párroco en funciones.
No se trata por mi parte de ninguna despedida, puesto que se me ha pedido que siga al servicio de la Parroquia, como Vicario parroquial, para ayudar a D. Javier a tomar las riendas del servicio pastoral en nuestra comunidad, mientras sea conveniente.
Si la sustitución de un Párroco es por sí misma noticia de escaso relieve, el hecho de mi continuidad entre vosotros la hace, si cabe, aún más normal. Es lógico que tras once años de dedicación a la misma tarea resulte oportuno un “cambio de marcha”. Yo lo vivo con agradecimiento al Señor y a quienes han designado a D. Javier Láinez para sucederme, pues conozco sus muchas cualidades humanas y sobrenaturales para desempeñar, con ventaja, el oficio de Pastor entre nosotros. Y con mucho gusto le brindaré todo mi apoyo para que asuma y afronte los retos pastorales y materiales que se nos presentan a medio y largo plazo.
Sé que le recibiréis con tanto afecto y espíritu de colaboración como habéis hecho conmigo. No creo que pueda pedirse más. Él llega entre nosotros en nombre de Cristo, único Buen Pastor de su grey. Y a todos nos corresponde apoyarle con nuestra oración, nuestro cariño y nuestra corresponsabilidad e iniciativa apostólica.
Por mi parte sólo me queda agradecer al Señor las innumerables gracias recibidas en estos once años; y a todos vosotros –así como a las instituciones eclesiales y civiles radicadas en la Parroquia– vuestra comprensión, cercanía y oraciones. Pido sinceramente perdón a cuantos haya podido defraudar u ofender por mis debilidades: el Señor provee ahora de modo que ese menoscabo pueda ser reparado. Mi gratitud se dirige especialmente a los sacerdotes de la Parroquia, que tanta paciencia han derrochado conmigo: D. Raimundo, D. Jorge, D. Enrique…
En el año 2007 nuestra Parroquia se puso en marcha mediante un gran cartel en la parcela que se nos adjudicó, una pequeña tarjeta con el horario de Misas y demás incipientes servicios pastorales, y el desinteresado apoyo de varias instituciones que pusieron a nuestra disposición sus capillas y locales. Hoy, gracias a Dios, somos una comunidad parroquial viva y numerosa que, desde su Templo Provisional Prefabricado (TPP), irradia la fe y la caridad de Cristo en este rincón de Madrid, celebrando el culto divino en espíritu y en verdad. Al nuevo Párroco y Pastor corresponde guiarla hasta su plena madurez evangelizadora.
¡Demos gracias a Dios!
Con todo afecto
Pasados casi once años desde que se constituyó nuestra comunidad parroquial, llega la hora de mi relevo como Párroco. Os anuncio, pues, que el Sr. Cardenal –de acuerdo con el Vicario de la Prelatura del Opus Dei, a la que está confiada la atención pastoral de la Parroquia– ha nombrado para sustituirme al Rvdo. D. Javier Láinez López, hasta ahora Rector de la Basílica Pontificia de San Miguel. Su toma de posesión tendrá lugar en septiembre, en la fecha que se comunicará oportunamente. Hasta ese momento yo seguiré como Párroco en funciones.
No se trata por mi parte de ninguna despedida, puesto que se me ha pedido que siga al servicio de la Parroquia, como Vicario parroquial, para ayudar a D. Javier a tomar las riendas del servicio pastoral en nuestra comunidad, mientras sea conveniente.
Si la sustitución de un Párroco es por sí misma noticia de escaso relieve, el hecho de mi continuidad entre vosotros la hace, si cabe, aún más normal. Es lógico que tras once años de dedicación a la misma tarea resulte oportuno un “cambio de marcha”. Yo lo vivo con agradecimiento al Señor y a quienes han designado a D. Javier Láinez para sucederme, pues conozco sus muchas cualidades humanas y sobrenaturales para desempeñar, con ventaja, el oficio de Pastor entre nosotros. Y con mucho gusto le brindaré todo mi apoyo para que asuma y afronte los retos pastorales y materiales que se nos presentan a medio y largo plazo.
Sé que le recibiréis con tanto afecto y espíritu de colaboración como habéis hecho conmigo. No creo que pueda pedirse más. Él llega entre nosotros en nombre de Cristo, único Buen Pastor de su grey. Y a todos nos corresponde apoyarle con nuestra oración, nuestro cariño y nuestra corresponsabilidad e iniciativa apostólica.
Por mi parte sólo me queda agradecer al Señor las innumerables gracias recibidas en estos once años; y a todos vosotros –así como a las instituciones eclesiales y civiles radicadas en la Parroquia– vuestra comprensión, cercanía y oraciones. Pido sinceramente perdón a cuantos haya podido defraudar u ofender por mis debilidades: el Señor provee ahora de modo que ese menoscabo pueda ser reparado. Mi gratitud se dirige especialmente a los sacerdotes de la Parroquia, que tanta paciencia han derrochado conmigo: D. Raimundo, D. Jorge, D. Enrique…
En el año 2007 nuestra Parroquia se puso en marcha mediante un gran cartel en la parcela que se nos adjudicó, una pequeña tarjeta con el horario de Misas y demás incipientes servicios pastorales, y el desinteresado apoyo de varias instituciones que pusieron a nuestra disposición sus capillas y locales. Hoy, gracias a Dios, somos una comunidad parroquial viva y numerosa que, desde su Templo Provisional Prefabricado (TPP), irradia la fe y la caridad de Cristo en este rincón de Madrid, celebrando el culto divino en espíritu y en verdad. Al nuevo Párroco y Pastor corresponde guiarla hasta su plena madurez evangelizadora.
¡Demos gracias a Dios!
Con todo afecto
Juan Enrique Miralbell
Párroco en funciones